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El valor del modus operandi femenino en el liderazgo de las empresas

Hoy, en una economía del conocimiento, donde se requiere talento, ya no es suficiente pensar solo en términos de productividad. Cualquier profesional que desarrolla su trabajo en la sociedad del conocimiento necesita implicarse totalmente en su trabajo, no solo con sus conocimientos y esfuerzo, sino también con sus emociones. El problema es que parece no haber lugar para las emociones en la cultura corporativa heredada de la sociedad industrial. No se trata solamente de apretar el botón, sino de aportar el máximo de talento creativo. Por tanto, es fundamental incorporar los aspectos más humanos y sensibles en el mundo de la empresa y las organizaciones. El compromiso de los empleados solo podemos obtenerlo si nuestras formas de gestión incorporan la dimensión emocional, junto a las habilidades soft asociadas generalmente a las mujeres. 

Seguramente el problema actual sigue siendo el hecho de que, cuando consideramos el mundo de las organizaciones y la productividad, continuamos presos de una forma de entender la empresa y a los empleados propias de la sociedad industrial. Hoy, en una economía del conocimiento, son muchos los expertos que reivindican la importancia de incorporar los aspectos más propios del hemisferio derecho, como la creatividad y los sentimientos, con claras implicaciones sobre la motivación intrínseca de los empleados. No es casualidad que los países más igualitarios, sostenibles y en su mayor parte con mayores índices de desarrollo (Noruega, Suecia, Islandia, Dinamarca, etc.) sean líderes también en innovación. Tampoco es casual que sean países con una clara orientación a uno de los valores femeninos más importantes, el del cuidado y el progreso de todos. 

Entonces, ¿por qué no cambiamos nuestras formas tradicionales de liderazgo?, ¿por qué las empresas no son más Human-Centric?.

¿Empresas Human-Centric?

Las empresas más humanas (Human-Centric) motivan a las personas de forma intrinseca, son más atractivas, creativas e innovadoras. Fomentan una cultura más saludable, porqué cuidan a sus empleados y no solo a los clientes. Son empáticas y se enfocan en el cuidado de sus equipos, para que todas las personas puedan crecer y desarrollar sus capacidades, y no solo a nivel profesional.

Son organizaciones con una cultura organizativa que promueve la atención sobre el lado humano:

  • priorizan el generar bienestar y salud organizacional: la motivación y satisfacción de los empleados, de sus colaboradores y clientes
  • impulsan el trabajar de forma colaborativa, fomentando el trabajo de los equipos, dirigiendo de forma inclusiva, delegando, motivando y reconociendo
  • reconocen la importancia de la empatía, de ponerse en el lugar del otro, de saber escuchar y respetar a las personas, de comunicar, de estar siempre accesible
  • fomentan la preocupación por respetar y cuidar a las personas, de priorizar una gestión más horizontal y humana, con una clara orientación a las personas.

Estas organizaciones se caracterizan por haber incorporado el factor F (el modus operandi asociado tradicionalmente a las mujeres). Un recurso complementario para mejorar y transformar la empresa, el negocio y el equipo, y conseguir un mayor impacto humano. 

Incorporar el factor F no es una cuestión de sexo ni de género, o solo de cuotas, sino “cultural” de promover unos determinados valores y educación. Tampoco es una cuestión de ser hombre o mujer, sino de ser y actuar como líder a partir de unos determinados valores. Por ello, es importante desarrollar un nuevo paradigma de liderazgo que sepa cómo explotar las cualidades más humanas de los dos universos. Tanto los hombres como las mujeres pueden aprender y aplicar un modo de liderar diferente, no solo basándose en la jerarquía y el poder. Se trata de sumir y desarrollar un estilo de dirección caracterizado por unas habilidades mucho más emocionales, como la gestión de las emociones y la comunicación, la empatía y la orientación a los demás.

Es lo que he definido como la “feminización”: una forma diferente de pensar y actuar en el mundo, basada en la complementariedad del modus operandi femenino. En la necesidad de ver el mundo en clave F para conseguir la integración del modelo femenino como forma de pensar reconciliadora y clave en la recuperación del “bien común” y la colaboración, mediante el cuidado de los demás, la empatía y la inteligencia emocional.

Ajudant a potenciar organitzacions amb un enfocament més humá.
Desenvolupament d’accions "Human-Centric"
Per rehumanutzar les empreses, els equips i el seu lideratge.

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